jueves, 4 de abril de 2013

No lloren por mi ya estoy muerto

Parpadeo un instante mientras las gotas de lluvia besan mi rostro
el aliento desesperado se ahoga entre el frió de la noche
lagrimas saladas mezcladas con las gotas de corrupción y maldad de la ciudad,
el vino barato recorre calentando las venas del cuerpo moribundo
de un alma que de amor y alegrías se consume hambrienta,
alzar la cabeza para ver la luz
es fracasar antes de poder pestañear o soñar
los diablos del pasado danza con el de futuro
en un triste presente que nadie escogió,
silencio sombra y oscuridad
las únicas musas que cantan alrededor,
Trágicos son los últimos sollozos
regalados a un final que no llevaran
como padrino al amor, solo al triunfante dolor
La muerte se acerca sonriente y amigable
nada hay que temer,
fueron los sueños, los crueles
fue la gente quien apuñalo al querer
Esta dama de negro
no es
enemiga
solo consuelo y punto final
me ha de ofrecer.